Fiesta de mozos :
INTRODUCCIÓN
Cada penúltimo domingo de septiembre, Rus celebra la más singular de cuantas fiestas hay en su extenso calendario de conmemoraciones. Se trata de la “Fiesta de Mozos”. Esta fiesta tiene dos partes bien diferenciadas, pero a la vez unidas íntimamente. Por una parte, los actos religiosos organizados por la Hermandad del Santísimo Sacramento. Destaca la procesión de la Santa Custodia, privilegio otorgado a Rus, y que se realiza por segunda vez en el año y con el mismo esplendor y solemnidad que en el tradicional Corpus. Por otra, la parte profana que se lleva a cabo los tres días siguientes y sus atípicas “máscaras”, auténtica fiesta popular y en la que, de forma espontánea, los ruseños salen a la calle para expresar su ingenio, sus burlas o críticas simplemente para divertirse y dar rienda suelta a su espíritu y a su cuerpo.
LAS MÁSCARAS
A la parte religiosa se le suma la parte más carnavalera y jocosa. A lo largo de los tres días siguientes de esta singular celebración, el ruseño sale a la calle. No importa la edad. DE forma expontanea parodia cualquier acontecimiento local, provincial o internacinal o simplemente se coloca una máscara y remueve en el baúl para encontrar cualquier cosa que le sirva para disfrazarse y mofarse de sus vecinos con el consabido”mascarilla que no,que no me conoces”. Mientras tanto, a los les embarga una sensación de extrañeza e incredulidad por lo que están viendo: una versión ruseña del típico carnaval; pero al final del verano o el inicio del otoño. Es esto lo que le convierte en único. Luego cuando escuchen a los grupos, chirigotas o comparsas aplaudirá su ingenio, su espíritu mordaz y el humor sano de sus letras
FINAL
La “Fiesta de Mozos”, única en la provincia y en todo el país, ha perdurado hasta nuestros días a pesar de los cambios políticos; pues unas veces se potenciaba más su parte religiosa y otras sus “máscaras”, dependiendo de la ideología gobernante; pero la clave de su mantenimiento está en el profundo arraigo popular que ha gozado desde siempre , pues no en vano lleva el sello de identidad del auténtico espíritu ruseño: acogedor, ancestral; pero a la vez abierto a las innovaciones; derrochador de energía y emprendedor innato.La “Fiesta de Mozos” conjuga perfectamente el sentido religioso y pagano en unas fechas atípicas, epílogo veraniego o prólogo otoñal según el calendario,y de ahí su singularidad.
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